El primer dato importante de julio arrojó cifras debajo de lo esperado. Tal como viene sucediendo en los últimos meses, el ISM de manufacturas quedó lejos de los 50 puntos, confirmando la contracción del sector. La medición generó una baja del Dólar, que se fue diluyendo con el paso de las horas.
El Euro aprovechó la caída del billete para alcanzar, nuevamente, 1.0932, su máximo diario. La Libra esterlina hizo lo propio con la barrera siempre difícil de 1.2700, en tanto el Yen, muy vapuleado en los últimos tiempos, llegó a 143.95 en su mejor precio de la víspera.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro se mantienen muy altos en estas horas, por encima del 4.90% a dos años, lo cual sugiere que los mercados aun descuentan alzas de tipos de interés por parte de la Fed, y nuevas restricciones monetarias. Sin embargo, son muchos los que perciben una recesión a futuro, que complicaría los planes del banco que lidera Jerome Powell, tal como ocurrió en oportunidades anteriores bajo su mandato.
El Yen es justamente un termómetro de esta situación, y si bien se mantiene muy débil, los parámetros técnicos tanto en los gráficos semanales como en los diarios dan cuenta de un agotamiento en el alza del par USD/JPY. Lejos está la moneda nipona de retomar su viejo poderío, pero sí podría acercarse a 139.00 /140.00 en los próximos días, dependiendo de los resultados de los próximos informes macro en Estados Unidos.
Los que vienen son la encuesta ADP de empleos privados, el ISM de servicios y el dato de empleos del Departamento de Trabajo, previsto para el viernes.
En cambio, este martes los movimientos serán escasos en horario americano, y medidos en las horas de operaciones en Europa. Se festeja en Estados Unidos el Día de la Independencia, fecha de gran importancia en el país, y los mercados permanecerán cerrados. Ya en horario asiático del miércoles la actividad será normal.
