La publicación del PBI avanzando del segundo trimestre en Estados Unidos opacó el aumento de tipos de interés del Banco Central Europeo, y le dio una transitoria fortaleza al dólar en varios frentes. Se trató de un jueves ciertamente movido en los mercados, con distintas noticias que dan lugar a diversas interpretaciones, y con un final abierto para los últimos días del mes.
Como quedó dicho, el PBI de Estados Unidos creció al 2.4% en el trimestre anterior, muy por encima de lo esperado. Lo sorpresivo en estos datos ya deja de ser sorpresa. La medición final del primer trimestre había arrojado guarismos mucho mejores de lo que marcaban los pronósticos, siendo que habitualmente se trata de una medición que solo sirve para completar la estadística.
En este caso, lo importante es que el aumento del PBI vino de la mano del aumento del gasto de los consumidores. En otras palabras, la inflación sigue siendo dura de domar para la primera economía del mundo, y si bien la Fed aumentó la tasa de interés el miércoles pidiendo paciencia a los mercados (toda una señal de que puede haber algún aumento aislado posterior, pero no por sistema como hasta ahora), datos como este no son fáciles de digerir en Wall Street, donde esperan que el banco central deje de quitarle dinero al circuito.
En este contexto, el euro poco pudo hacer para defenderse aún cuando el BCE aumentó la tasa de interés al 4.25%, un nivel que no exhibía desde mediados de 2008. Como era de esperar, el insípido discurso posterior de la titular del banco central, Christine Lagarde, no dejó mucho para el análisis: dijo que desde ahora las decisiones dependerán exclusivamente de los datos. Uno se pregunta en que se basaron hasta ahora si no es por los datos.
Otra nota de importancia llegó desde Japón. Si bien el Banco de Japón dejará sin cambios la tasa de interés en el -0.1%, podría permitir alzas transitorias de los rendimientos de sus bonos de 10 años, actualmente en el 0.5%. En octubre pasado, una medida similar que llevó del 0.25% al 0.5% dicho techo generó una muy fuerte recuperación del yen. La moneda nipona se ve sometida a una fuerte presión por los diferenciales de tasa entre los bonos locales y los del Tesoro estadounidense, apenas por debajo del 4% a 10 años, y casi en el 5% a 2 años. Un cambio en esta política generaría un movimiento favorable al yen, del cual venimos hablando hace largo tiempo.
Con este panorama se inicia el último viernes del mes. El dólar sigue fuerte ante el euro y la libra esterlina, y probablemente extienda su dominio en las próximas horas. El yen es una incógnita antes del anuncio de política monetaria del Banco de Japón. El oro no logra recuperar sus máximos de la semana anterior por encima de los 1980 dólares, y difícilmente lo haga este viernes. La bolsa de Nueva York puede continuar su corrección a la baja, iniciada el miércoles, después de varias semanas de ganancias casi sin pausa.
El calendario de noticias incluye un informe crucial: el deflactor de inflación, que puede ayudar a decidir a la Fed en su próxima reunión aunque, claro, falta mucho para ello. Eso sí, si como se espera la inflación por consumo baja, el dólar verá limitadas sus ganancias.