Dato de empleos: ¿Dólar al ataque?

El ISM de servicios quedó debajo de lo esperado de acuerdo al registro conocido el jueves. El dato le puso un freno al dólar, que había crecido en las primeras horas del día, acelerando sus ganancias ante el yen y la libra esterlina, y en menor medida ante el euro.

Precisamente, la compra de bonos del gobierno japonés por parte del Banco de Japón, pese a las medidas anunciadas la semana pasada para endurecer parcialmente su política monetaria, llevó al yen a un mínimo de varios meses cerca de 144.00. La recuperación posterior de la moneda nipona no tiene por el momento mucho sustento, aunque el jueves a punto estuvo de quebrar 142.00. La superación del soporte que opera en dicha zona sí le daría aire de cara a la semana próxima.

En tanto, el Banco de Inglaterra aumentó la tasa de interés al 5.25%, un nivel que no tenía desde inicio de 2008, y cerca del 5.5% de la Fed. Claro que el efecto de su política no ha tenido el mismo resultado que las medidas tomadas por el banco central de Estados Unidos. La inflación en Reino Unido continúa cerca del 7% en términos interanuales, y las principales variables macro dan muestras de debilidad. Ello provocó que el BoE aumente la tasa, claro, pero dejando en claro que en su próxima reunión de septiembre podría finalizar el actual ciclo de aumentos.

La libra esterlina se movió fuerte en ambas direcciones. Luego del anuncio del BoE cayó a 1.2620, un 61.8% de retroceso de su anterior rally, para terminar el día cerca de 1.2700, nivel que logró superar por momentos a mediados de la sesión americana. La tendencia de la libra se mantiene bajista para las próximas horas, y solo el quiebre de 1.2750 podría modificar su situación actual.

Por su parte, el euro se movió menos, pero también a la baja, llegando a 1.0911 en su mínimo diario. De las monedas principales, el euro parece tener una estabilidad más firme, y la superación de 1.0965 le daría impulso para retomar una tendencia alcista de corto plazo.

Todo esto dependerá, en buena parte, del resultado de los datos de empleo no agrícolas de julio en Estados Unidos, que se conocerán el viernes a las 8:30 del este. El consenso de analistas, cada mes menos creíble, habla de unos 205 mil nuevos puestos de trabajo creados el mes pasado, casi en línea con la cifra publicada a inicios de julio. La tasa de desempleo se mantendría sin cambios en el 3.6%, con una ligera baja en las ganancias por hora.

El antecedente que representa la encuesta ADP de empleos privados no condice con lo que se espera para este viernes. El sector privado creó más de 320 mil empleos en julio, por lo que la perspectiva es similar para la medición del Departamento de Trabajo.

Una cifra mayor a la esperada, que parece a su vez descontada en estas horas previas, podría darle un nuevo impulso alcista al dólar, ante la presunción de que la Fed seguirá ajustando su política monetaria el mes próximo. El banco central ha tomado la variable del empleo como ejemplo de por qué debe seguir restringiendo la oferta monetaria. Después de 11 aumentos de tipos casi consecutivos, el empleo sigue creciendo.

Si la cifra publicada fuera menor, el dólar no tendrá mucho para perder. Es probable que siga fuerte durante un buen tiempo más, antes de que la propia Fed le ponga un freno.