El dólar encuentra un techo con los datos de empleo

Las cifras de empleo de julio en Estados Unidos quedaron por debajo de lo esperado, en un informe publicado por el Departamento de Trabajo el viernes pasado. Las 187 mil nuevas nóminas creadas el mes pasado no constituyen un mal dato ni mucho menos, como tampoco lo es la tasa de desempleo en el 3.5%, apenas debajo del guarismo anterior. Pero sí le pusieron un freno al dólar, que venía imponiendo su fuerza durante los días anteriores.

Este dato, sin embargo, no puede tomarse como un indicio de lo que hará la Fed el mes próximo con su tasa de interés. Falta mucho para la reunión de política monetaria, y sobre todo muchos informes por publicarse. Entre ellos, los mismos datos, pero de agosto, y las cifras de inflación del mes pasado y el corriente. De allí puede deducirse que, en principio, la caída del dólar puede ser circunstancial, aunque existen motivos para pensar que efectivamente el banco central deberá frenar sus aumentos de tasa, que no tienen que ver con las cifras de empleo.

Como quedó mencionado, el dólar cayó con fuerza ante las monedas principales, con el euro superando por lejos 1.1000, la libra esterlina cerca de 1.2800 y el alicaído yen de estos tiempos debajo de 142.00, todo un logro considerando su debilidad actual. La onza de oro logró mantenerse por encima de los 1940 dólares, luego de quedar en peligro el soporte de 1920 dólares, en tanto los futuros del WTI lograron un nuevo máximo de varias semanas, por encima de los 82 dólares.

Con este panorama es que se inicia una semana que no tendrá atractivos durante los primeros días, pero sí contará con un informe clave, como lo es la cifra de inflación de Estados Unidos de julio. Del resultado de este informe dependerá en buena parte la suerte del dólar para el resto del mes, y son muchos los analistas que esperan una disminución adicional en el costo de vida, luego de varios meses de caídas profundas en los precios.

Entre las monedas principales, el euro cuenta con una muy buena posibilidad de acercarse a su máximo anual, que tocó el mes pasado en 1.1275, aunque le costará mucho superarlo, al menos hasta el jueves, fecha en la que se publicará justamente la cifra de inflación mencionada. Lo mismo sucede con la libra esterlina, que viene de sufrir un traspié luego de que el Banco de Inglaterra aumentara la tasa de interés el jueves pasado, pero dejando grandes dudas para el futuro, habida cuenta de los débiles datos macro de Reino Unido de los últimos meses.

En cuanto al yen, las difusas señales que envía el Banco de Japón desconciertan a los mercados. Por un lado, el BoJ permitió elevar los rendimientos de los bonos del 0.5 al 1%, lo cual le dio un buen respiro a la moneda nipona. Poco después compró bonos del gobierno japonés, debilitando nuevamente al yen hasta mínimos de varios meses en 144.05. La recuperación actual de la moneda parece algo más sustentable, y si en estos días logra quebrar la zona de 140.00 podría comenzar un crecimiento gradual de cara al resto del mes. El yen es la moneda más perjudicada desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022, y la única que no logró recomponerse desde entonces.