Como es habitual en los días posteriores a los datos de empleo de Estados Unidos, el mercado de divisas no ofreció el lunes movimientos relevantes. Los pares principales se han movido en rangos de precios conocidos, sin cambios de tendencia importantes, con un dólar que titubea antes de los datos más importantes de la semana, que serán los de inflación, previstos para el jueves.
Las monedas europeas lograron mantenerse a flote durante la sesión de la víspera, aun cuando habían iniciado la jornada con ligeras bajas. Entre ellas, la libra esterlina ofrece un camino alcista de corto plazo más claro que el euro y el yen, que dejan algunas dudas.
La divisa británica presenta, desde un punto de vista técnico, una figura de cambio de tendencia en el gráfico diario (hombro cabeza hombro invertido), que podría redundar en un alza de la misma a la búsqueda de 1.2900 en las próximas sesiones.
En tanto, el euro quedó “trabado” en la zona de 1.1005, típica resistencia del par EUR/USD, y solo la superación de 1.1030, que el viernes no pudo superar, podría cambiar su camino de corto plazo. En dicho caso, 1.1050 y 1.1075 serán las resistencias a seguir.
En cuanto al yen, se mantiene algo débil, pero con un sesgo distinto al de las semanas anteriores. Su fuerte recuperación del viernes se mantuvo el lunes para llegar a 141.50, tras lo cual volvió a debilitarse. Esto sucede pese a las señales de endurecimiento de política monetaria del Banco de Japón, y a la baja de los rendimientos de los bonos del Tesoro. Los de 2 años finalizaron el lunes a 4.75%. El objetivo bajista aparece lejos, en 3.68%, nivel que podría coincidir con un valor de 133.00 yenes por dólar.
Dicha posibilidad aparece lejana aún. Pero conviene tomar en cuenta las declaraciones de John Williams, presidente de la Fed de Nueva York y, como tal, miembro permanente del Comité Federal de Política Monetaria (FOMC). Williams dijo el lunes que podrían producirse recortes de tipos de interés a inicios de 2024, algo que muchos especialistas vienen descontando. La tasa actual, del 5.5%, aparece demasiado alta en la lucha contra la inflación que lleva adelante el banco central, y aunque la variable del empleo no se ha debilitado, si la tasa se mantiene tan alta durante un tiempo prolongado podría producirse una recesión.
Tal posibilidad se desvaneció días atrás cuando los datos de manufacturas de China (segunda economía del mundo) quedaron cerca de la zona de expansión, superando la barrera de los 50 puntos en las mediciones mensuales que se llevan a cabo en todo el mundo. Si China logra escapar a la recesión, sería una gran ayuda para Estados Unidos.
Precisamente, el único informe relevante de este martes (ya en la sesión asiática del miércoles) serán las cifras de inflación de China, que se esperan con una fuerte baja. En principio, este dato puede hacer trastabillar al dólar.