Baja la inflación, pero el dólar no cede

Es evidente que los mercados no siempre se mueven al compás de las noticias, o lo hacen con posterioridad. Este es el caso de lo sucedido el jueves cuando, apenas conocidos los datos de inflación de julio en Estados Unidos, el dólar se disparó tras un corto titubeo, llegando a máximos de varios meses ante el yen, y de varios días ante el euro y la libra esterlina.

La inflación quedó por debajo de lo esperado en la medición subyacente, que excluye alimentos y energía, y que es la que realmente importa. Los costos de energía están lejos del alcance de la Fed y su política monetaria, y tienen que ver con oferta y demanda a nivel internacional, lo cual a su vez depende de diversas cuestiones, como factores climáticos, guerras, etc. De manera que la baja del 4.8% esperado al 4.7% debió haber sido bienvenida por los mercados. Pero no lo fue.

Tampoco lo fue que la medición general en términos interanuales haya quedado en el 3.2%, por encima del 3% de junio, pero debajo del 3.3% esperado. La medición mensual fue aceptable y en línea con los objetivos de la Fed, en el 0.2%.

El dólar pareció caer durante unos pocos minutos con las noticias, pero creció fuerte durante gran parte del día, con la bolsa de Nueva York a la baja, y con una ligera recuperación de los índices sobre el final de la sesión. Estos movimientos colisionan con un sentimiento de optimismo reinante en los mercados, toda vez que una baja sustancial de la inflación hará que la Fed desestime nuevos aumentos de tipos de interés en el corto plazo. Vale aclarar que antes de la próxima reunión del organismo se conocerán los datos de empleo y la inflación del mes en curso, por lo que los informes de la víspera revistieron una importancia alta, pero no definitiva.

Pero mencionábamos antes que los mercados a veces reaccionan fuera de tiempo. Esta puede ser la ocasión. Vemos altamente probable una baja importante del dólar en los próximos días, en especial ante las monedas europeas. El euro tiene bastante por ganar si logra superar 1.1050, el 38.2% de retroceso de su baja anterior y, si esto ocurre, la libra podría acercarse a 1.2850 sin problemas.

El yen juega otro partido. Los grandes inversores parecen midiendo la paciencia del Banco de Japón, que ante precios como los que actualmente exhibe su moneda se pone serio y comienza a hablar de intervención. No sería sorpresiva una medida de este tipo, sobre todo cuando pocs días atrás el BoJ permitió elevar los rendimientos de los bonos al 1%, subiendo implícitamente su tasa, que formalmente sigue en el -0.1%. El yen es la moneda más castigada desde que el dólar inició su fuerte rally en marzo de 2022 con el inicio de la guerra en Ucrania, y es la que no ha logrado recuperar sus niveles anteriores a dicho conflicto. El euro y la libra esterlina se acercaron a tales niveles, y el franco suizo los ha superado.

Este viernes, la agenda de noticias también es importante. El índice de precios mayorista no tiene el mismo impacto que el minorista, pero sí mueve al mercado, al igual que el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan. Veremos allí si el dólar es capaz de mantener su fortaleza actual.