La presentación del presidente de la Fed, Jerome Powell, en el contexto del Simposio de Jackson Hole, no desentonó respecto a lo esperado. El funcionario repitió frases ya conocidas, como que deberá mantener la política actual “hasta que el trabajo esté terminado” o “el objetivo es y será un 2% de inflación anual”. Hace dos años, en el mismo Simposio, dijo que deseaba una inflación por encima de ese 2%, para recuperar la inflación no generada en los años anteriores. No le fue mal en su búsqueda. Inyectó billones de dólares hasta llevar la inflación a máximos de 40 años.
El dólar volvió a escalar en todos los frentes ante el discurso de Powell, que sin embargo dejó alguna duda en el inicio del mismo, al decir que el banco central “está listo para subir la tasa si es apropiado”. Pasados los primeros momentos, no quedaron dudas, y el billete se fortaleció.
Así, el euro y la libra esterlina volvieron a tocar mínimos de varios meses, en tanto el yen llegó a mínimos de noviembre de 2022. Las monedas europeas ya venían débiles de días anteriores, cuando se conocieron los datos de manufacturas y servicios de la Eurozona y Reino Unido, generando dudas acerca de la economía de ambos bloques para los próximos tiempos.
El euro vuelve a tener la oportunidad de crecer si logra superar en las próximas 48 horas la zona de 1.0840, en tanto la libra la tiene más difícil: solo por encima de 1.2800 volverá a presentar tendencia alcista. El yen, por el momento, no encuentra un piso cierto, ante el crecimiento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, en máximos de varios años. La moneda nipona necesita tener un cierre debajo de 143.00 para buscar alivio.
El Banco Central Europeo y, sobre todo, el Banco de Inglaterra, volverán a verse a figurillas en su próxima reunión de política monetaria. La inflación no cede, en Reino Unido se mantiene en niveles máximos de décadas, y los datos que se van conociendo acercan una recesión.
A ello se agrega que China también emite datos decepcionantes, obligando al Banco Popular de China a recortar una de sus múltiples tasas de interés, y a implementar planes de estímulo a la economía, buscando reactivar el consumo.
En conjunto, todo esto parece poner a Estados Unidos en veredas enfrentadas con el resto del mundo. La Fed tiene algún argumento para seguir aumentando: el mercado laboral se mantiene sólido, con cifras que se acercan a los 200 mil empleos mensuales. Eso sí: el gráfico mensual de creación de trabajo presenta máximos cada mes más bajos.
La bolsa de Nueva York reaccionó a la baja ante la presentación de Powell. Pese a ello, en las últimas horas de la sesión americana los índices principales lograron recuperar posiciones, para terminar la semana con pérdidas acotadas.
La semana que se inicia es pródiga en informes y eventos. El martes se conocerán las vacantes de empleo en Estados Unidos, un dato que desde varios meses a la fecha ha tomado especial relevancia, casi la misma que el informe de empleos del Departamento de Trabajo. También el martes se publicará el índice de confianza del consumidor del Conference Board.
El miércoles será el turno de las cifras de inflación de Alemania, dato clave para el euro, antes de la encuesta ADP de empleos privados de agosto y el PBI preliminar del segundo trimestre, ambos en Estados Unidos. El PMI de manufacturas de China cerrarán el día, siendo un informe de primera línea que tendrá impacto en todos los mercados.
El jueves se publicarán las peticiones semanales de subsidio por desempleo y el deflactor de inflación, cerrando la semana el dato de empleos no agrícolas de agosto. Como se ve, una agenda completa, que pondrá a prueba, sin dudas, la fortaleza del dólar.