Los bancos centrales se han expresado la semana pasada, y lo sucedido registra pocos antecedentes: mientras la Fed y el Banco de Inglaterra dejaron sin cambios su tasa de interés, como también lo había hecho el Banco Central Europeo unos días antes, el Banco Nacional de Suiza recortó la misma, del 1.75 al 1.5%, mientras el Banco de Japón la aumentó, del -0.1 al 0%.
Esta llamativa divergencia entre los bancos centrales que forma un pequeño grupo de entidades que suele marcar el camino de las demás responde a una actualidad distinta entre sus respectivas economías. Si bien tanto Suiza como Japón presentan cifras de inflación que serían la envidia de Estados Unidos o Reino Unido, el BNS juzgó prudente comenzar con los recortes de tipos, buscando no resentir la economía local. En tanto, el BoJ, después de varios meses de anuncios difusos, aumentó su tasa, ante un rebrote inflacionario que podría extenderse en el tiempo, con un aumento continuo de los salarios.
Por su lado, el comunicado de la Fed y la posterior presentación del presidente Jerome Powell dejaron las puertas abiertas para recortes de tasa a partir de las próximas reuniones. En cuanto al Banco de Inglaterra, el gobernador Bailey se mostró algo conservador, pero también dejó todo listo para comenzar a recortar los tipos, algo que los mercados esperan para junio.
A los efectos prácticos, el dólar parece invencible. Nada de lo antes mencionado hizo mella en el billete más allá un puñado de puntos en su contra con el comunicado del BoJ.
El euro vuelve a debilitarse, pese a que los datos de la Eurozona y Alemania fueron alentadores, tanto en el sector manufacturero como de servicios. La moneda única encontró un soporte en 1.0805, el 61.8% de retroceso de su alza desde el mínimo hasta el máximo del año, 1.0694/1.1138, en 1.08005. Este nivel parece débil en el gráfico diario, aunque en el cortísimo plazo podría ser la base de una ligera recuperación del euro.
La libra esterlina llegó a su mínimo desde el 16 de febrero, quebrando 1.2600, y ya muy lejos de sus máximos de hace poco más de una semana por encima de 1.2900. La moneda británica se vio muy afectada por el anuncio del BoE del jueves, y le costará retomar una tendencia alcista sustentable.
El yen mantiene una marcada tendencia bajista, pese al alza de tipos por parte del Banco de Japón. A esta altura, el análisis no resulta del todo serio. Cualquier noticia, en cualquier latitud, hace caer al yen, que por ahora no tiene lugar para recuperarse. La zona de 151.90, máximos de octubre de 2022 y que en su momento fuera el nivel más alto del par en 35 años, aparece nítido y fácil de superar para el cruce USD/JPY. Solo el quiebre de 149.00, lejos del nivel actual, podría cambiar el panorama en el corto plazo.
La onza de oro cedió todas sus ganancias derivadas del anuncio de la Fed. Tal como sucedió con los máximos históricos anteriores, el de la onza de la semana anterior fue efímero y cuando no había plazas financieras abiertas. Desde 2222 dólares de dicho máximo cayó a 2156 dólares en el mínimo del viernes, sin noticias en el medio. El atentado contra un auditorio en Moscú, que tuvo lugar el viernes por la noche, puede afectar a la onza en las primeras horas del lunes.
El calendario de noticias de la primera sesión de la semana es modesto, aunque la semana sí tendrá varios atractivos. El más importante, los datos de inflación por consumo, previstos para el viernes.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.