Hola Amigos, buen día. La agenda de noticias de esta semana marcará de alguna forma la dirección que tomarán el dólar en sus principales cruces, y el euro, que en los últimos días se mantuvo casi sin cambios.
Como en cada inicio de mes, los distintos datos de empleo de Estados Unidos tendrán especial impacto en los pares líderes. En primer lugar, las vacantes de empleo, que se conocerán el martes, seguidas por la encuesta ADP de empleos privados (miércoles), y las nóminas no agrícolas, que se publicarán el viernes. Claramente, este es el dato más esperado por los mercados, dado que tiene un especial peso en la decisión de la Fed en materia de política monetaria. Los pronósticos apuntan a los 185 mil nuevos empleos generados en mayo, aunque se trata de una cifra siempre sujeta a revisiones.
Desde ya, las cifras de manufacturas (este lunes a las 10:00 del este) y servicios, previstas para el miércoles, tendrán impacto en el dólar. Sobre el primero existen dos mediciones, una de S&P Global y otra de ISM, la más valorada. En ambos casos se espera que ronden los 50 puntos, barrera que separa la expansión de la contracción del sector.
Respecto al euro, el jueves se conocerá la decisión de política monetaria del Banco Central Europeo. En los últimos días, varios funcionarios de la entidad anticiparon un recorte de tipos de interés, que se ubica en el 4.5%. Llamativamente, esta postura del BCE difiere con la visión de la Fed, cuyos integrantes (en su mayoría) prefieren mantener la tasa en el nivel actual (5.5%) hasta tener la certeza de que la inflación se encamina al objetivo del 2%.
El BCE, que conduce Christine Lagarde mantiene el mismo objetivo, y la inflación en la Eurozona se encuentra igualmente lejos del mismo. Pero es evidente que el banco central evalúa como más negativo el hecho de priorizar la lucha contra la inflación que el crecimiento y el encarecimiento del crédito. El BCE recortaría todas sus tasas en un cuarto de punto, lo cual ampliaría la brecha con la Fed.
El mercado, de alguna manera, ya descuenta dicho movimiento. La caída del euro (parcialmente revertida durante el jueves y viernes) posterior a los dichos de los funcionarios del BCE parece haberse adelantado a la decisión del banco central, por lo que el efecto sobre la moneda única podría ser menor.
Sí conviene resaltar que si la Fed mantiene su tasa durante varios meses más, y el BCE comienza a recortar en forma periódica, el euro se verá afectado, con un objetivo que podría apuntar en los próximos 60 días a 1.0500. El BCE no recorta su tasa desde fines de 2014.
La debilidad relativa del euro contrasta con una cierta estabilidad de la libra esterlina. Si bien el Banco de Inglaterra dejó en claro que sus miembros también comienzan a ver con interés un recorte de tipos (2 de los 9 votos de la última reunión se volcaron a tal opción) la libra no abandona la zona de 1.2700, y su tendencia de corto plazo se mantiene alcista. La baja notable que sufrió el par EUR/GBP en las últimas sesiones es elocuente en este sentido.
El yen mantiene un perfil claramente bajista en el corto plazo, si bien la semana pasada intentó, sobre todo el viernes a posteriori de los datos de inflación por consumo en Estados Unidos, recuperar algo de terreno. Es evidente que su suerte está atada a los rendimientos de los bonos del Tesoro, y estos están lejos de volver a niveles “normales” en torno al 1.5%. Mientras la Fed mantenga su postura de venta de bonos eso no ocurrirá.
En cuanto a la onza de oro, el viernes llegó a 2320 dólares, su mínimo desde el 9 de mayo. El gráfico diario muestra, en un contexto alcista, un movimiento bajista de cortísimo plazo, que podría quedar cristalizado si los datos de manufacturas de este lunes favorecen al dólar.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.