Semana decisiva para la Fed

Hola Amigos, buen día. Si bien se movieron con ciertas turbulencias en los primeros días del mes, los mercados financieros se calmaron sobre el final de la semana pasada, a la espera de los datos clave del mes: las cifras de inflación minorista en Estados Unidos, previstas para el miércoles.

Este informe es vital para las acciones que tomará la Fed en materia de política monetaria en septiembre. En las semanas previas se hablaba de recortes de medio punto en la tasa de interés en las próximas tres reuniones de 2024; sin embargo, los ánimos se calmaron, y el banco central no parece dispuesto a cambiar tan drásticamente su proceder, teniendo en cuenta que la inflación se mantiene un 50% por encima de sus aspiraciones y que, en definitiva, las variables del consumo no son del todo negativas.

Los pronósticos hablan de una nueva moderación en la inflación, medida en términos interanuales y excluyendo las variables de alimentos y energía. Esto apuraría la decisión de la Fed de iniciar los recortes en septiembre pero, como quedó dicho, no sería en forma violenta sino gradual. Ante una sorpresa, nada de ello ocurrirá.

El caos reinante en los primeros días del mes se ha calmado. Demasiado, podríamos decir. Los datos de empleo quedaron muy por debajo de lo esperado, y las manufacturas cayeron a su peor nivel en un año. Sin embargo, los datos de servicios quedaron en orden y trajeron equilibrio a los ánimos alterados de los operadores.

La bolsa de Nueva York se recupera lentamente pero a paso firme de su caída de la primera semana del mes, en tanto la bolsa de Tokio, que fue noticia el lunes pasado por su colapso, cubrió todas sus pérdidas, y el índice Nikkei 225 cerró la semana con ganancias importantes.

En el mercado de divisas, el euro se mueve en torno a 1.0900, nivel que actuó como pivot durante gran parte de la semana. La moneda única se encuentra a mitad de camino entre un quiebre de 1.1005, máximos que tocó el día 2, y un quiebre de 1.0800, que dejaría de lado su actual sesgo alcista. Por el momento, el euro parece preparado para hacer pie y dirigirse a 1.1000, aunque difícilmente lo haga entre el lunes y martes, con los datos de inflación ya mencionados tan cerca.

La libra esterlina intenta asomarse a 1.2800. Por ahora, su tarea no ha dado resultados, y mantiene un sesgo bajista muy marcado, sin poder recuperarse del recorte de tipos del Banco de Inglaterra, y del carry trade con el yen, con un fuerte desarme de posiciones. La libra deberá ahora superar 1.2850 para apuntar a 1.3000, valor difícil de alcanzar en el corto plazo.

El yen no ofrece señales importantes, y su valor vuelve a estar vinculado a los avatares de los rendimientos de los Bonos del Tesoro. Si estos bajan, el yen crece, y así se mueve en estos días. Y para que ello ocurra, deben crecer las chances de un recorte de tipos de la Fed, que hasta ahora parece garantizado, aunque sin confirmación alguna. En el corto plazo, el quiebre de 145.80 le daría algo más de aire a la alicaída moneda nipona.

La onza de oro no pudo el viernes con un 61.8% de retroceso de su baja anterior, y debe ahora superar 2445 dólares para seguir creciendo. El metal precioso se mantiene pendiente de lo que sucede en Medio Oriente, con una tensión creciente. La superación de tal nivel pondría al oro cerca de sus máximos históricos del 17 de julio, en 2483 dólares.

Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el martes.