Mercados a la espera de los resultados en EE.UU.

Si bien se han conocido informes de primera línea en Estados Unidos y Europa, los activos principales no han ofrecido variantes de importancia en los últimos días de esta semana.

No faltan datos ni eventos, por supuesto. La guerra en Medio Oriente parece agravarse por momentos, aunque el efecto sobre los precios es cada día menor. El conflicto ha dejado de estar en los titulares financieros, y ni siquiera el petróleo ha logrado escaparse de su tendencia bajista de mediano plazo ante esta circunstancia, como hubiera sido esperable.

El verdadero acontecimiento que esperan los operadores es la elección presidencial en Estados Unidos, prevista para el martes 5 de noviembre. Las encuestas más serias le otorgan una ventaja clara al candidato republicano, Donald Trump, sobre la demócrata Kamala Harris. Los mercados ven con beneplácito este pronóstico.

Trump promete desregular aún más los mercados, y sobre todo presionar a la Fed para bajar la tasa de interés, como lo hizo en su primer mandato. Pese a que el actual presidente Powell fue elegido por Trump, pronto se ganó su enemistad al aumentar la tasa durante 2018 y 2019 en forma preventiva, y así normalizarla misma, que estaba casi en cero desde 2009.

Si gana Trump, es probable que durante su primer año de mandato nada de ello ocurra. Powell se mostró independiente del poder político en su primer mandato, y se movió con libertad.

Ya en el actual mandato de Joe Biden, Powell mostró una mayor cintura política. El presidente de la Fed es designado por el presidente de la Nación, y aprobado por el Congreso, pero una vez que ha transcurrido un año desde la asunción de su cargo.

Cuando a Biden le llegó el turno de elegir presidente para la Fed, Powell se mostró muy blando, manteniendo una tasa prácticamente en cero mientras la inflación ya rondaba el 4 o 5% anual. Insistió, una y otra vez, con una cuestión de carácter “transitoria”.

Apenas 48 horas después de ser aprobado para un nuevo mandato, Powell descubrió que la inflación ya no era transitoria, y comenzó a aumentar la tasa hasta dejarla en el 5.5% en julio de 2023. Desde allí surfeó la presión de los mercados y solo hace 45 días la recortó al actual 5%.

Ante un eventual mandato de Trump, este deberá esperar un año para designar a un nuevo presidente de la Fed. Si algo hay seguro, es que no será Powell el elegido.

SI gana Harris, además de continuar con la política blanda que implementó Biden, de inyectar dinero en forma descontrolada, los mercados pueden sufrir. La bolsa de Nueva York ve con malos ojos una victoria demócrata, ante una radicalización de la postura que podría tener Harris durante su mandato, siempre hablando en términos de lo que nos ocupa, que son los mercados, y sin entrar en otros terrenos.

De allí es que los informes que se van conociendo en estos días tienen escaso peso en los precios de un dólar que, más allá de todo, termina el mes de octubre fortalecido.

El euro se ubica a mitad de camino entre sus mínimos y sus máximos anuales, aunque algo más cerca de los primeros. Es cierto que su amplitud de precios ha sido la más estrecha de su corta historia, y lo que ha movido este año (615 puntos) solía moverlo por semana entre 2002 y 2007. No cambiará sustancialmente su posición la próxima semana, salvo alguna sorpresa negativa en los datos de empleo de octubre que, descontamos, no se va a producir.

La libra esterlina lucha por no perder la cota de 1.3000, y sigue punto a punto al euro, pese a que su posición es más incómoda. La inflación en Reino Unido ya está debajo de los objetivos del Bank of England, y lo que viene es un nuevo recorte de tasa, que la dejará en desventaja respecto a la Fed. Actualmente, ambos bancos centrales mantienen sus tipos en el 5%.

El yen se encuentra bajo una intensa presión, y muy poco defendido. A los aumentos de los rendimientos de los bonos del Tesoro, que mantienen en vilo a los inversores (4.25% fue el máximo que tocaron esta semana), se suma la baja moderada de la inflación de Tokio después de muchísimo tiempo, y las elecciones en Japón, previstas para el domingo.

La alianza opositora podría dejar sin mayoría parlamentaria al oficialismo, y el Banco de Japón se vería presionado para no aumentar la tasa como ya lo hizo en abril y julio.

De todas maneras, la entidad que dirige el Sr. Ueda ha manifestado que seguirá de cerca el errático comportamiento del yen. Estas palabras, junto con una intervención verbal de otro funcionario, limitó la caída del yen, que llegó a 153.25 el miércoles. Técnicamente, este movimiento coincidió con un retroceso del 61.8% de la baja 161.30 /139.45.

La semana próxima estará signada por los datos de empleo, tanto privados a cargo de ADP, como por las nóminas de empleo no agrícolas. También se conocerá la tasa de desempleo, y las vacantes de empleo. No hay muchos motivos para pensar en que estas variables arrojen cifras desalentadoras justo una semana antes de las elecciones. Es que, como dicen algunos, las brujas no existen… pero que las hay, las hay.

¡Buen fin de semana!