La bolsa extiende sus ganancias, con el dólar en corrección bajista

Los datos conocidos el miércoles volvieron a empujar a la baja al dólar. La creación de empleo en el sector privado de este mes quedó por debajo de lo esperado, aún con cifras que eran sensiblemente menores a las de julio. Este informe puede tomarse, a medias, como un anticipo del dato de empleos no agrícolas que se conocerán el viernes.

A la vez, la revisión del PBI del segundo trimestre arrojó un 2.1% de crecimiento, una sensible baja respecto a lo esperado, y por demás llamativa. Habitualmente, esta segunda medición no genera movimientos en el dólar, aunque la sensibilidad de los mercados en estos tiempos ha hecho retroceder al billete en varios frentes.

Así, el euro superó 1.0900, para llegar a 1.0944, una firme resistencia apenas por debajo del 61.8% de retroceso de la baja 1.1064/1.0765, mínimo de la semana anterior y del mes hasta el momento. La moneda única se ve fortalecida no por méritos propios precisamente, sino por la caída del dólar en prácticamente todas sus paridades.

La moneda estadounidense viene acumulando noticias negativas desde el inicio de la semana. Las expresiones del presidente de la Fed, Sr. Powell, en el Simposio de Jackson Hole, fueron elocuentes, aunque se encargó de avisar que no dejará de aumentar la tasa hasta que el trabajo esté terminado, expresión que usa con frecuencia. En el medio de su presentación dijo que el banco central está listo para subir la tasa “si es apropiado” y en esas tres palabras se puede leer que no hay un convencimiento pleno de que efectivamente lo sea en la próxima reunión del 20 de septiembre.

La rebaja en la calificación de riesgo en algunos bancos, las cifras de manufacturas de Reino Unido y Europa, la deflación y quiebra de varias compañías del sector inmobiliario en China, y ahora los datos de empleo privados a la baja, sumados a la caída en las vacantes de empleo deberían hacer pensar al Sr. Powell y su Comité si no será mejor tomarse una larga pausa -o tal vez definitiva- en este derrotero que llevó la tasa de 0 a 5.5% sin escalas, para combatir una inflación que el propio banco generó inyectando montañas de dinero durante varios años. Claro está, esto fue la continuación de una política similar llevada adelante por Janet Yellen en tiempos del presidente Obama. El balance resultante jamás fue rescatado, y ahora la Fed busca hacerlo de apuro.

El dólar, sobre el final de mes, está sintiendo el efecto de estas noticias, y se diluye el efecto de las palabras de Powell del viernes pasado. Esto no significa que el billete vaya a perder posiciones en forma significativa, pero sí le puso un freno, luego de varias semanas de alzas consecutivas.

El euro logró alejarse de sus mínimos, aunque ahora deberá luchar con 1.0950, 1.0965 y 1.1000; superados dichos niveles ya no le quedarán tan lejos sus máximos anuales de 1.1275. No vemos viable que esto suceda en los próximos días.

La libra esterlina retorna de mínimos de más de dos meses, y se topó el miércoles con una línea de tendencia bajista medida en el gráfico diario, cuyo quiebre deberá confirmar superando 1.2670. La zona de 1.2800 podría corresponder con 1.1050 del euro, ambos lejos de dichos niveles. Poco tiene por ganar la libra en las próximas horas, y sí podría ceder parte de sus ganancias de las últimas 48 horas.

El yen detuvo su marcha bajista en 147.35 ante la caída del dólar y, sobre todo, de los rendimientos de los bonos del Tesoro. Los de 2 años cayeron del 5.10 al 4.84% en pocas horas, aliviando a la moneda nipona. Sin embargo, está lejos de cambiar su tendencia bajista, y del objetivo de 149.40 de una formación de bandera en los gráficos diarios.

Este jueves, las peticiones semanales de desempleo, y sobre todo el deflactor de inflación serán los datos a seguir. Una caída en la inflación por consumo aceleraría la baja del dólar, y extendería aún más las ganancias de las acciones principales, que se alegran ante las malas noticias. La lógica de los mercados, que le dicen…